El kárate, el multiverso y la metaficción

Van Damme y el Sr. Miyagi han trascendido siendo conscientes de sí mismos.

Una de mis películas favoritas de deporte de todos los tiempos —con permiso de Space Jam— siempre ha sido Karate Kid. El Sr. Miyagi es sin duda uno de los iconos del cine. Por algo el mismísimo Jackie Chan ha querido participar en tan emblemática saga.

¿Cómo rejuvenecer y continuar su legado haciendo que llegue a nuevas generaciones? Adaptándose a nuevas narrativas sin prejuicios ni ningún tipo de rubor. Sí, haciendo la inefable Cobra Kai: una serie mamarracha que ha conectado con propios y extraños. Por el mimo y respeto que muestra por el canon del miyagiverso, por el atrevimiento a la hora de introducir comedia en su realización y por no descuidar en la creación ni su guion ni sus personajes. Los actores han reaparecido con la misma ilusión que los fans.

Como conocí a vuestra madre plantó en este capítulo la semilla perfecta para que pudiera surgir un producto tan adictivo.

Pero no es la única maravilla audiovisual que nos ha dado el kárate, previamente se había sumado otro clásico a la fiesta: Jean Claude Van Damme. Hace pocos días me descubrieron —gracias, Jorge— que en 2016 Ridley Scott había producido una comedia de seis capítulos (disponibles en Prime Video) llamada Jean-Claude Van Johnson.

El ínclito actor hace una parodia brillante de sí mismo, de su cine y del género. Una serie divertidísima que le da una vuelta de tuerca a su carrera haciendo metaficción. En esta época en la que la nostalgia es usada como cebo, JCVJ está dirigida y actuada con inteligencia sin querer ser lo que nunca pretendió ser la filmografía de su protagonista.

Honestamente cruel y sin miedos, es bizarra, no nos vamos a engañar. No rompe la cuarta pared como Deadpool (la tercera con Hugh Jackman es ya una obra de culto), pero es autorreflexiva y su humor por momentos recuerda al de Mortadelo y Filemón en tebeos como ‘El armario del tiempo’ o ‘La máquina meteoroloca’.

Van Damme, la estrella que nos regaló sin saberlo este montaje, ganó el título de Míster Bélgica en fisioculturismo y se apuntó a ballet para perfeccionar su flexibilidad.

«Si puedes sobrevivir a un entrenamiento de ballet, puedes sobrevivir a un entrenamiento de cualquier otro deporte» .

En nuestro recuerdo este anuncio que, por supuesto, homenajeará en JCVJ.

La autoparodia es la mayor prueba de inteligencia.

Cuando no se teme a la innovación narrativa ni a la hibridación se pueden recuperar ideas, personajes e historias y hacer grandes cosas con ellas sin caer en cansinas repeticiones. El kárate en este caso se ha visto beneficiado de mentes abiertas capaces de jugar con los límites y con los “intocables”.

Dicen que ‘ya no se puede decir nada‘ desde sus atalayas, y precisamente ahora que se puede decir cualquier cosa y el resto pueden señalarnos lo que no les parezca bien; es cuando más valor tiene contar los relatos deslizándote por estas fronteras que agudizan el ingenio.

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Soy Álvaro

El 5 de julio de 1954, mi abuelo inauguraba el ‘Liceo Coll’ en Quart de Poblet. El título de esta web pretende homenajearlo.
Después de muchos años enfocándome principalmente en el deporte olímpico, quiero volver a escribir sobre todo aquello que se me pasa por la cabeza: noticias, cine, literatura, deporte, videojuegos…