El 8 de agosto, nueve años después de la tercera entrega, saldrá Mafia: The Old Country
Larga ha sido la espera. Como duras fueron las críticas (por los bugs iniciales) a un Mafia III que mejoraba a los anteriores gracias al mimo que se puso en absolutamente todo. Si Hangar 13 sigue por la misma línea se avecina una gran cuarta historia y un juego digno de nuestra estantería.
Para ir abriendo la boca haremos como decía Enrique Iglesias con aquella turra de canción: subir la radio. Y es que Lincoln Clay no podía atravesar New Bordeaux sin un coche. De hecho, los vehículos eran parte fundamental de muchas misiones, tanto opcionales como principales. Es ahí donde el estudio dio con la clave en la parte tres: así introdujo la radio de forma magistral.
Nos situamos en 1968 en una ciudad que bien podría ser Nueva Orleans, y el contexto histórico nos lo van introduciendo los locutores de los programas. Lejos de repetirse los monólogos de los periodistas hasta aprendérnoslos de memoria, van cambiando dependiendo del momento de la historia en el que estamos.
Y como nosotros estamos acabando con la mafia para vengarnos y ocupar su lugar, las muertes y los sucesos son contados por estos miembros del star system radiofónico a los oyentes. Recordemos que estamos en una época en la que la radio era un elemento importantísimo en la vida de los ciudadanos, era más que un medio de información. Era el altavoz para muchos colectivos marginados en un momento político convulso. En los coches se escuchaban canciones que marcarían época. En 1968 James Brown llevaba cuatro años haciendo rocanrolear al mundo con I Feel Good.
Esto nos introduce en un mundo abierto que crea un clima perfecto para vivir la historia del protagonista en nuestra propia piel. Nos transporta a la década de los sesenta gracias tanto a la banda sonora escogida, como a la creada para el videojuego y a la diegética de la historia de Lincoln.
Durante nuestros viajes, persecuciones y huidas nos damos cuenta de que el presidente de los EEUU es Lyndon B. Johnson, aunque se acerca el final de su mandato. Un año después de los eventos del juego saldría elegido el republicano Nixon, acabando con ocho años de demócratas en el poder (periodo que empezaría Kennedy). La subida de los republicanos está muy bien representada durante nuestras horas de juego si prestamos atención. No sólo con las geniales cinemáticas y excelentes diálogos, también con las editoriales y opiniones que nos ofrecen los comunicadores de New Bordeaux. Y al contrario que en el Final Fantasy XV, relegar esta parte del argumento a la radio, está muy bien pensado y estructurado para que no te pierdas nada.

“La gente siempre querrá sentir afinidad, sentir que pertenece a un grupo. Por eso va a seguir existiendo la radio”. Mario Pergolini.
Mafia III está repleto de crítica social, es uno de los motivos por los que sigue siendo rejugable. Además del cartel que al principio del juego avisa (podrían aprender otros) de que el lenguaje machista, sexista, homófobo, misógino y xenófobo utilizado pretende representar Y denunciar lo ocurrido en aquellos años, los presentadores vierten su ideología en las ondas. El lenguaje soez no se limita a los criminales, también sale en ocasiones de nuestro transistor, pues opinarán, sin pelos en la lengua, de los negocios turbios de proxenetas, traficantes, políticos, mafiosos… y del comportamiento de los ciudadanos.
Quedarnos en que es la historia de una venganza (que lo es y muy buena, por cierto) es quedarse muy en la superficie. El juego entero es como un flashback, las cinemáticas más importantes son desde un presente en el que hablan de Lincoln en pasado. Nuestro amigo de Vietnam, Donovan, el Padre James y Magire, el investigador del FBI, cuentan, bien en el senado, bien en un documental, lo ocurrido en 1968. Y en sus relatos hay una crítica salvaje a las guerras mundiales y sus consecuencias y, sobre todo, al racismo.
Esta crítica la recoge la radio, la voz que nos acompaña durante la aventura se atreverá a cuestionar el sistema establecido, la american way of life, la supremacía blanca y hasta el capitalismo (uno de los coleccionables del juego consiste en arrancar todos los carteles comunistas): “¿se imaginan que de repente el enemigo no es el comunismo? ¿que nos tienen muertos de miedo y enfrentados para que les dejemos el control de todo y no pensemos?”
La emisora, en un determinado momento, aunque no indica la fecha concreta, recuerda que estamos en el año del asesinato de Martin Luther King (fallecido el 4 de abril de 1968) y explica cómo están los ánimos en las calles americanas. Contexto y más contexto, da igual que vehículo le pidas a los amigos de Burke: es un DeLorean perfecto.
Está tan bien representada la importancia de este medio que uno de nuestros enemigos, uno de los que manejan el cotarro de la ciudad desde las sombras, será Remy Duvall, presentador de radio. Y en la jerarquía está muy por encima de traficantes de drogas y armas, falsificadores, sicarios, esclavistas, contrabandistas y demás corruptos.
Además de estar al frente del distrito de Frisco Fields, Duvall es el líder de la Southern Union (una sociedad que representa al Ku Klux Klan en Mafia III y que en uno de los DLCs todavía cobra más importancia al estar aliada, en un distrito nuevo, con la misma policía —recomendadísimas las tres expansiones—). Llegado un punto, cuando sabe que vamos a por él, este racista redomado, usará el poder de su emisora para insultarnos, manipular a las masas con sus discursos de odio y hacer apología de la xenofobia. Es como tener a Iñaki Gabilondo y a Jiménez Losantos contándote la realidad de los barrios marginales y dándote consejos mientras conduces. Real como la vida misma. Tan real como que tendremos que elegir qué camino tomar en la vida antes de ver los créditos finales, existen diferentes caminos para Lincoln.
Con este precedente, tenemos motivos suficientes como para esperar un gran videojuego en el viejo continente. Este verano, en menos de un mes, los más impacientes podrán echarle el guante para hacer más llevadero el calor. ¿Quién será el protagonista esta vez?








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