Andrea Tomé vuelve a regalarnos una novela imperdible
Con la posguerra española y la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, ‘Las vidas robadas’ es un libro que la actualidad ha convertido en más necesario todavía. Con personajes en los dos lados de la historia, Andrea lleva a sus protagonistas a tener que contrastar continuamente la información, a vivir pegados a la radio y a tener que pelear por unos símbolos que empezaba a apropiarse el bando vencedor.
Ya en la primera página aparece Imre de Hevesy, el gran amor de Ana de la Torre, que se proclamará campeón olímpico de esgrima en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, pues todo arranca poco antes del estallido de la Guerra Civil. Con esto, Tomé tiene el marco perfecto para ahondar en cómo sufrió el húngaro (basado inicialmente en Endre Kabos), tras vencer a Gustavo Marzi —subcampeón olímpico—, por ser judío. Aunque inicialmente tendrá privilegios por su condición de atleta de élite. Esto me contaba hace unos días.
Las cartas y llamadas telefónicas a España gritando auxilio llegan a tensar al lector gracias a la prosa de la autora y al ritmo que imprimen los capítulos cortos. Y a pesar de todo, Ana y Jorge llegan a formar una pareja que tiene tal fuerza que traspasa las palabras. Sus conversaciones y desventuras mantienen en vilo hasta el final.
En su visita al canal, hablamos de la Olimpiada Popular de Barcelona, que pretendió ser un evento paralelo al propagandístico organizado por Hitler en Alemania. Y es que, como ya hemos defendido en multitud de ocasiones, la política no se puede separar de nuestras acciones cotidianas y el deporte no es una excepción. Pese a que no se llegó a realizar debido al golpe de Estado, esta Olimpiada fue muy importante, entre otros motivos por la aparición de los Brigadistas Internacionales.
Guiños, homenajes y rigor histórico. La documentación y el gusto por recordar a nuestros mayores y sus historias anónimas quedan reflejadas en Las vidas robadas.








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