El Liceo Coll

Las medallas y diplomas olímpicos de España en taekwondo.

Wuxi ha acogido el último mundial de taekwondo esta semana. En la ciudad china, España tan solo ha podido hacerse con una medalla. Lena Moreno en la categoría de -67kg se colgaba el martes el bronce (caía ante su compañera de club, la campeona y favorita, Luana Marton) y salvaba los muebles de la delegación. Adriana Cerezo, Belén Morán y Tania Castiñeira vieron frenados sus avances a un paso del podio, fueron apeadas en cuartos de final. Violeta Díaz y Jairo Agenjo (del Finestrat), por su parte, tuvieron dos primeros combates muy buenos, pero no pudieron pasar de octavos.

Hace un año, en los Juegos Olímpicos de París, nuestros taekwondistas no consiguieron ninguna presea pese a que incluso en algunas de las quinielas más pesimistas aparecía al menos una a su favor. Pero sí se llevaron dos diplomas: Adrián Vicente y Javier Pérez Polo sumaron dos para alcanzar los siete diplomas olímpicos totales. ¿El primero? En Sídney 2000 de la mano de Ireane Ruiz Arévalo (+67kg).

Ireane, natural de Logroño, fue campeona del mundo en 1995 en Manila y bronce mundial en Hong Kong en 1997 en +70kg, pero en la primera cita olímpica oficial para el taekwondo (había sido deporte de exhibición en Seúl y en Barcelona) no pudo imponer su calidad. No siempre es posible.

Tres días antes, el 27 de septiembre, Gabriel Esparza había hecho historia proclamándose subcampeón olímpico en -58kg, dándole a España su primera medalla en taekwondo. Se llegó y se besó el santo. El navarro aterrizó en Australia con 27 años, tras dos medallas mundiales, la última en 1995, y tras ser triple campeón europeo en la década de los noventa.

Siete son también las medallas que acumulamos hasta ahora: doce años después, Joel González conseguiría en Londres el único oro hasta el momento. En esa misma edición, Nico García y Brigitte Yagüe se agenciarían dos platas más. En Río 2016, Eva Calvo se colgaría la plata y Joel volvería a alcanzar el podio para llevarse el bronce, esta vez subiendo hasta los 68kg. Y la última, la de la queridísima Adriana Cerezo, todos recordamos sus lágrimas con la plata en la mano tras la final de Tokio. Atenas, Pekín y París han sido las únicas ediciones en las que no ampliamos el palmarés.

Pero no nos fuimos de vacío tampoco, Juan Antonio Ramos y Sonia Reyes rozaron la gloria en la capital griega en 2004 y el mismo Juan Antonio Ramos (doble campeón del mundo y de Europa) volvió a lograr un diploma en los JJOO de China. La trayectoria de Sonia también era relevante, a la triple medallista mundial y subcampeona de Europa en el 2000, el diploma le supo a poco en Atenas.

Quizá, alguno ha podido pensar que me olvidaba del diploma de Jesús Tortosa en Río de Janeiro, pero quería dejar para el final el combate contra el dominicano Luisito Pie que le dejó sin el merecido premio en el cuello.

Nombres más o menos conocidos, más o menos mediáticos, pero España siempre está en la élite del taekwondo con al menos una figura. Incluso cuando no acapara titulares en las secciones del polideportivo tras los grandes torneos, incluso cuando se le exigen mejores resultados por su potencial, sigue estando entre los mejores, celebrando victorias ante los surcoreanos, como la de Lena en Wuxi en cuartos de final. Y es que el Hankuk y Jesús Ramal siguen forjando promesas y puliendo diamantes en bruto de los que no solo nuestro país se nutre. Volverán a llover las medallas.